Cincuenta estrofas sobre la naturaleza de la conciencia
Cincuenta estrofas sobre la naturaleza de la conciencia
I Parte. El depósito de conciencia
Uno
La mente es un campo
en el que están sembradas todo tipo de semillas.
Este campo de la mente también puede ser llamado
«todas las semillas».
Dos
Tenemos infinita variedad de semillas:
semillas de samsara, nirvana, ignorancia y despertar,
semillas de sufrimiento y felicidad,
semillas de percepciones, nombres y palabras.
Tres
Las semillas que se manifiestan como cuerpo y mente,
como ámbitos del ser, estados y mundos
están todas depositadas en nuestra conciencia.
Por eso la llaman «depósito».
Cuatro
Algunas semillas son innatas,
legadas por nuestros ancestros.
Algunas se sembraron mientras estábamos en el vientre materno;
otras lo fueron cuando éramos niños.
Cinco
Tanto si han sido transmitidas por la familia, los amigos,
por la sociedad o por la educación,
todas nuestras semillas son, por naturaleza,
individuales y colectivas.
Seis
La calidad de nuestras vidas
depende de la calidad
de las semillas
que yacen en nuestra conciencia.
Siete
La función del depósito de conciencia
es recibir y preservar
las semillas y sus energías de hábito
para que puedan manifestarse en el mundo o permanezcan dormidas.
Ocho
Las manifestaciones que nacen del depósito de conciencia
pueden ser percibidas directamente como las cosas en sí mismas,
como representaciones o como meras imágenes.
Todas están incluidas en los dieciocho elementos del ser.
Nueve
Toda manifestación lleva las marcas
tanto de lo colectivo como de lo individual.
La maduración del depósito de conciencia opera del mismo modo
cuando participa en las diferentes etapas y ámbitos del ser.
Diez
No obstruido e indeterminado,
el depósito de conciencia fluye y cambia constantemente.
Al mismo tiempo, está dotado
de las cinco formaciones mentales universales.
Once
Aunque sea impermanente y carezca de un ser separado,
el depósito de conciencia contiene todos los fenómenos del cosmos,
tanto los condicionados como los no condicionados,
en forma de semillas.
Doce
Las semillas pueden producir semillas.
Las semillas pueden producir formaciones.
Las formaciones pueden producir semillas.
Las formaciones pueden producir formaciones.
Trece
Tanto las semillas como las formaciones
tienen la naturaleza de interser e interpenetración.
Lo uno es producto del todo.
El todo depende de lo uno.
Catorce
El depósito de conciencia no es ni lo mismo ni diferente,
ni individual ni colectivo.
Lo mismo y lo diferente interson.
Lo colectivo y lo individual se engendran mutuamente.
Quince
Cuando se vence la ignorancia, aparece la comprensión
y el depósito de conciencia no es ya víctima de las aflicciones.
El depósito de conciencia se convierte en el gran espejo de la sabiduría,
que refleja el cosmos en todas las direcciones.
Su nombre es ahora «conciencia pura».
II Parte. Manas
Dieciséis
Las semillas de ignorancia engendran
las formaciones internas del ansia y las aflicciones.
Estas energías espolean la conciencia
cuando el cuerpo y la mente se manifiestan.
Diecisiete
Con el depósito de conciencia como base,
surge manas.
Su función es la actividad mental
y se aferra a las semillas, a las que considera un yo.
Dieciocho
El objeto de manas es el signo de un yo
que se halla en el ámbito de las representaciones,
en el punto donde manas y el depósito de conciencia
entran en contacto.
Diecinueve
Fundamento de lo beneficioso y lo no beneficioso
de las otras seis conciencias que se manifiestan,
manas discrimina continuamente.
Es de naturaleza indeterminada y oscurecida.
Veinte
Manas se acompaña de las cinco formaciones universales,
de mati de entre las cinco particulares
y de las cuatro aflicciones principales y las ocho secundarias.
Todas son indeterminadas y están oscurecidas.
Veintiuno
Así como la sombra sigue a la forma,
así manas sigue siempre al depósito.
Es un errado intento de supervivencia
que ansía la permanencia y la satisfacción ciega.
Veintidós
Cuando se alcanza la primera etapa en el camino del bodhisattva,
se transforman los obstáculos del conocimiento y de las aflicciones.
En la décima etapa, el yogi transforma la creencia en un yo separado
y el depósito de conciencia se libera de manas.
III Parte. La conciencia mental
Veintitrés
Con manas en su base
y los fenómenos como sus objetos,
se manifiesta la conciencia mental.
Su esfera de conocimiento es la más extensa.
Veinticuatro
La conciencia mental tiene tres modos de percepción.
Tiene acceso a los tres ámbitos de percepción y puede tener tres naturalezas.
En ella se manifiestan todas las formaciones mentales:
universales, particulares, beneficiosas, no beneficiosas e indeterminadas.
Veinticinco
La conciencia mental es la raíz de toda acción de cuerpo y habla.
Su naturaleza es manifestar formaciones mentales, pero su existencia no es continua.
La conciencia mental da origen a acciones que llevan a la maduración.
Hace el papel del jardinero, que siembra todas las semillas.
Veintiséis
La conciencia mental siempre está funcionando,
salvo en los estados de ausencia de percepción,
las dos realizaciones,
el sueño profundo, el desmayo o el coma.
Veintisiete
La conciencia mental opera de cinco maneras:
en cooperación con las cinco conciencias sensoriales,
independientemente de ellas,
dispersa, concentrada o de forma inestable.
IV Parte. Las conciencias sensoriales
Veintiocho
Las cinco conciencias sensoriales
tienen como base la conciencia mental;
separadas o junto a la conciencia mental,
se manifiestan como las olas en el agua.
Veintinueve
Su campo de percepción es las cosas en sí mismas.
Su modo de percepción es directo.
Su naturaleza puede ser beneficiosa, no beneficiosa o neutra.
Operan sobre los órganos sensoriales y el área de las sensaciones en el cerebro.
Treinta
Se presentan acompañadas de estas formaciones mentales:
las universales, las particulares y las beneficiosas,
las no beneficiosas principales y secundarias
y las formaciones mentales indeterminadas.
V Parte. La naturaleza de la realidad
Treinta y uno
La conciencia siempre engloba
sujeto y objeto.
Yo y otro, interior y exterior,
son todos creaciones de la mente conceptual.
Treinta y dos
La conciencia tiene tres partes:
quien percibe, lo percibido y la totalidad.
Así son también
las semillas y las formaciones mentales.
Treinta y tres
Nacimiento y muerte dependen de condiciones.
La conciencia es, por naturaleza, una manifestación discriminatoria.
Quien percibe y lo percibido dependen uno del otro
como sujeto y objeto de la percepción.
Treinta y cuatro
En la manifestación individual y colectiva,
el yo y el no yo no son dos.
El ciclo de nacimiento y muerte se cumple a cada instante.
La conciencia evoluciona en el océano de nacimiento y muerte.
Treinta y cinco
Espacio, tiempo y los cuatro elementos principales
son todos manifestaciones de la conciencia.
En el proceso de interser e interpenetración,
nuestro depósito de conciencia madura en cada instante.
Treinta y seis
Los seres se manifiestan cuando las condiciones son suficientes.
En ausencia de esas condiciones, no aparecen más.
Sin embargo, no hay ni venir ni partir,
ni ser ni no ser.
Treinta y siete
Cuando una semilla origina una formación,
la semilla es la causa primaria.
El sujeto perceptor depende del objeto de percepción.
Esto es el objeto como causa.
Treinta y ocho
Las condiciones favorables o no obstaculizadoras
son causas propicias.
El cuarto tipo de condición
es la continuidad inmediata.
Treinta y nueve
La manifestación interdependiente presenta dos aspectos:
la mente confusa y la mente verdadera.
La mente confusa es una construcción imaginaria.
La mente verdadera es la naturaleza consumada.
Cuarenta
Lo imaginado impregna la mente de semillas de engaño
y produce la desgracia del samsara.
Lo consumado abre la puerta de la sabiduría
al ámbito de la talidad.
VI Parte. El sendero de la práctica
Cuarenta y uno
Meditar sobre la naturaleza de interdependencia
puede transformar el engaño en despertar.
Samsara y talidad no son dos.
Son uno y lo mismo.
Cuarenta y dos
Incluso mientras florece, la flor está ya en el compost,
y el compost está ya en la flor.
Flor y compost no son dos.
Engaño y despertar interson.
Cuarenta y tres
No huyas de nacimiento y muerte.
Tan solo observa profundamente tus formaciones mentales.
Al ver la verdadera naturaleza de interdependencia,
se realiza la verdad del interser.
Cuarenta y cuatro
Practica la respiración consciente
para regar las semillas del despertar.
La visión correcta es una flor
que brota en el campo de la conciencia mental.
Cuarenta y cinco
Cuando el sol brilla,
hace que la vegetación prospere.
Cuando la plena conciencia brilla,
transforma toda formación mental.
Cuarenta y seis
Reconocemos los nudos internos y las tendencias latentes
para poder transformarlas.
Cuando se desvanece nuestra energía de hábito,
aparece la transformación en la base.
Cuarenta y siete
El momento presente
contiene el pasado y el futuro.
El secreto de la transformación
está en la forma en que nos ocupamos de este preciso instante.
Cuarenta y ocho
La transformación ocurre
en nuestra vida diaria.
Para que el trabajo de transformación sea fácil,
practica con una sangha.
Cuarenta y nueve
Nada nace, nada muere.
Nada a lo que aferrarse, nada que soltar.
El samsara es el nirvana.
No hay nada que alcanzar.
Cincuenta
Cuando vemos que las aflicciones son el despertar mismo,
podemos cabalgar en paz las olas de nacimiento y muerte
a bordo de la barca de la compasión, sobre el océano de engaños,
sonriendo con la sonrisa del no miedo.