Cincuenta estrofas sobre la naturaleza de la conciencia

by Thich Nhat HanhApril 3, 2021

Cincuenta estrofas sobre la naturaleza de la conciencia


I Parte. El depósito de conciencia

Uno

La mente es un campo

en el que están sembradas todo tipo de semillas.

Este campo de la mente también puede ser llamado

«todas las semillas».

Dos

Tenemos infinita variedad de semillas:

semillas de samsara, nirvana, ignorancia y despertar,

semillas de sufrimiento y felicidad,

semillas de percepciones, nombres y palabras.

Tres

Las semillas que se manifiestan como cuerpo y mente,

como ámbitos del ser, estados y mundos

están todas depositadas en nuestra conciencia.

Por eso la llaman «depósito».

Cuatro

Algunas semillas son innatas,

legadas por nuestros ancestros.

Algunas se sembraron mientras estábamos en el vientre materno;

otras lo fueron cuando éramos niños.

Cinco

Tanto si han sido transmitidas por la familia, los amigos,

por la sociedad o por la educación,

todas nuestras semillas son, por naturaleza,

individuales y colectivas.

Seis

La calidad de nuestras vidas

depende de la calidad

de las semillas

que yacen en nuestra conciencia.

Siete

La función del depósito de conciencia

es recibir y preservar

las semillas y sus energías de hábito

para que puedan manifestarse en el mundo o permanezcan dormidas.

Ocho

Las manifestaciones que nacen del depósito de conciencia

pueden ser percibidas directamente como las cosas en sí mismas,

como representaciones o como meras imágenes.

Todas están incluidas en los dieciocho elementos del ser.

Nueve

Toda manifestación lleva las marcas

tanto de lo colectivo como de lo individual.

La maduración del depósito de conciencia opera del mismo modo

cuando participa en las diferentes etapas y ámbitos del ser.

Diez

No obstruido e indeterminado,

el depósito de conciencia fluye y cambia constantemente.

Al mismo tiempo, está dotado

de las cinco formaciones mentales universales.

Once

Aunque sea impermanente y carezca de un ser separado,

el depósito de conciencia contiene todos los fenómenos del cosmos,

tanto los condicionados como los no condicionados,

en forma de semillas.

Doce

Las semillas pueden producir semillas.

Las semillas pueden producir formaciones.

Las formaciones pueden producir semillas.

Las formaciones pueden producir formaciones.

Trece

Tanto las semillas como las formaciones

tienen la naturaleza de interser e interpenetración.

Lo uno es producto del todo.

El todo depende de lo uno.

Catorce

El depósito de conciencia no es ni lo mismo ni diferente,

ni individual ni colectivo.

Lo mismo y lo diferente interson.

Lo colectivo y lo individual se engendran mutuamente.

Quince

Cuando se vence la ignorancia, aparece la comprensión

y el depósito de conciencia no es ya víctima de las aflicciones.

El depósito de conciencia se convierte en el gran espejo de la sabiduría,

que refleja el cosmos en todas las direcciones.

Su nombre es ahora «conciencia pura».

II Parte. Manas

Dieciséis

Las semillas de ignorancia engendran

las formaciones internas del ansia y las aflicciones.

Estas energías espolean la conciencia

cuando el cuerpo y la mente se manifiestan.

Diecisiete

Con el depósito de conciencia como base,

surge manas.

Su función es la actividad mental

y se aferra a las semillas, a las que considera un yo.

Dieciocho

El objeto de manas es el signo de un yo

que se halla en el ámbito de las representaciones,

en el punto donde manas y el depósito de conciencia

entran en contacto.

Diecinueve

Fundamento de lo beneficioso y lo no beneficioso

de las otras seis conciencias que se manifiestan,

manas discrimina continuamente.

Es de naturaleza indeterminada y oscurecida.

Veinte

Manas se acompaña de las cinco formaciones universales,

de mati de entre las cinco particulares

y de las cuatro aflicciones principales y las ocho secundarias.

Todas son indeterminadas y están oscurecidas.

Veintiuno

Así como la sombra sigue a la forma,

así manas sigue siempre al depósito.

Es un errado intento de supervivencia

que ansía la permanencia y la satisfacción ciega.

Veintidós

Cuando se alcanza la primera etapa en el camino del bodhisattva,

se transforman los obstáculos del conocimiento y de las aflicciones.

En la décima etapa, el yogi transforma la creencia en un yo separado

y el depósito de conciencia se libera de manas.

III Parte. La conciencia mental

Veintitrés

Con manas en su base

y los fenómenos como sus objetos,

se manifiesta la conciencia mental.

Su esfera de conocimiento es la más extensa.

Veinticuatro

La conciencia mental tiene tres modos de percepción.

Tiene acceso a los tres ámbitos de percepción y puede tener tres naturalezas.

En ella se manifiestan todas las formaciones mentales:

universales, particulares, beneficiosas, no beneficiosas e indeterminadas.

Veinticinco

La conciencia mental es la raíz de toda acción de cuerpo y habla.

Su naturaleza es manifestar formaciones mentales, pero su existencia no es continua.

La conciencia mental da origen a acciones que llevan a la maduración.

Hace el papel del jardinero, que siembra todas las semillas.

Veintiséis

La conciencia mental siempre está funcionando,

salvo en los estados de ausencia de percepción,

las dos realizaciones,

el sueño profundo, el desmayo o el coma.

Veintisiete

La conciencia mental opera de cinco maneras:

en cooperación con las cinco conciencias sensoriales,

independientemente de ellas,

dispersa, concentrada o de forma inestable.

 

IV Parte. Las conciencias sensoriales

Veintiocho

Las cinco conciencias sensoriales

tienen como base la conciencia mental;

separadas o junto a la conciencia mental,

se manifiestan como las olas en el agua.

Veintinueve

Su campo de percepción es las cosas en sí mismas.

Su modo de percepción es directo.

Su naturaleza puede ser beneficiosa, no beneficiosa o neutra.

Operan sobre los órganos sensoriales y el área de las sensaciones en el cerebro.

Treinta

Se presentan acompañadas de estas formaciones mentales:

las universales, las particulares y las beneficiosas,

las no beneficiosas principales y secundarias

y las formaciones mentales indeterminadas.

 

V Parte. La naturaleza de la realidad

Treinta y uno

La conciencia siempre engloba

sujeto y objeto.

Yo y otro, interior y exterior,

son todos creaciones de la mente conceptual.

Treinta y dos

La conciencia tiene tres partes:

quien percibe, lo percibido y la totalidad.

Así son también

las semillas y las formaciones mentales.

Treinta y tres

Nacimiento y muerte dependen de condiciones.

La conciencia es, por naturaleza, una manifestación discriminatoria.

Quien percibe y lo percibido dependen uno del otro

como sujeto y objeto de la percepción.

Treinta y cuatro

En la manifestación individual y colectiva,

el yo y el no yo no son dos.

El ciclo de nacimiento y muerte se cumple a cada instante.

La conciencia evoluciona en el océano de nacimiento y muerte.

Treinta y cinco

Espacio, tiempo y los cuatro elementos principales

son todos manifestaciones de la conciencia.

En el proceso de interser e interpenetración,

nuestro depósito de conciencia madura en cada instante.

Treinta y seis

Los seres se manifiestan cuando las condiciones son suficientes.

En ausencia de esas condiciones, no aparecen más.

Sin embargo, no hay ni venir ni partir,

ni ser ni no ser.

Treinta y siete

Cuando una semilla origina una formación,

la semilla es la causa primaria.

El sujeto perceptor depende del objeto de percepción.

Esto es el objeto como causa.

Treinta y ocho

Las condiciones favorables o no obstaculizadoras

son causas propicias.

El cuarto tipo de condición

es la continuidad inmediata.

Treinta y nueve

La manifestación interdependiente presenta dos aspectos:

la mente confusa y la mente verdadera.

La mente confusa es una construcción imaginaria.

La mente verdadera es la naturaleza consumada.

Cuarenta

Lo imaginado impregna la mente de semillas de engaño

y produce la desgracia del samsara.

Lo consumado abre la puerta de la sabiduría

al ámbito de la talidad.

 

VI Parte. El sendero de la práctica

Cuarenta y uno

Meditar sobre la naturaleza de interdependencia

puede transformar el engaño en despertar.

Samsara y talidad no son dos.

Son uno y lo mismo.

Cuarenta y dos

Incluso mientras florece, la flor está ya en el compost,

y el compost está ya en la flor.

Flor y compost no son dos.

Engaño y despertar interson.

Cuarenta y tres

No huyas de nacimiento y muerte.

Tan solo observa profundamente tus formaciones mentales.

Al ver la verdadera naturaleza de interdependencia,

se realiza la verdad del interser.

Cuarenta y cuatro

Practica la respiración consciente

para regar las semillas del despertar.

La visión correcta es una flor

que brota en el campo de la conciencia mental.

Cuarenta y cinco

Cuando el sol brilla,

hace que la vegetación prospere.

Cuando la plena conciencia brilla,

transforma toda formación mental.

Cuarenta y seis

Reconocemos los nudos internos y las tendencias latentes

para poder transformarlas.

Cuando se desvanece nuestra energía de hábito,

aparece la transformación en la base.

Cuarenta y siete

El momento presente

contiene el pasado y el futuro.

El secreto de la transformación

está en la forma en que nos ocupamos de este preciso instante.

Cuarenta y ocho

La transformación ocurre

en nuestra vida diaria.

Para que el trabajo de transformación sea fácil,

practica con una sangha.

Cuarenta y nueve

Nada nace, nada muere.

Nada a lo que aferrarse, nada que soltar.

El samsara es el nirvana.

No hay nada que alcanzar.

Cincuenta

Cuando vemos que las aflicciones son el despertar mismo,

podemos cabalgar en paz las olas de nacimiento y muerte

a bordo de la barca de la compasión, sobre el océano de engaños,

sonriendo con la sonrisa del no miedo.