Momento presente donde la ética y la espiritualidad se encuentran.
Momento presente donde la ética y la espiritualidad se encuentran.
Por Thich Nhat Hanh
Junio 2, 2009
Buenos días, queridos amigos, gracias por haber llegado bien. ¡Bienvenidos al Retiro de 21 días! Existen muchos tipos de retiros, pero el Retiro de 21 días es el mejor, así que estamos teniendo el mejor de los retiros.
Venimos de muchas naciones, cada uno de nosotros representa a una sangha y su país de origen. Estamos aquí también para los miembros de nuestra sangha.
Una sangha, una verdadera sangha, es una joya. Porque una verdadera sangha siempre contiene al Buda viviente, el Dharma viviente. Si el buda viviente no estuviera presente, si el Dharma viviente no estuviera presente, no sería una verdadera sangha. Existen muchas condiciones, muchas cosas que indican cuándo somos una verdadera sangha. Tenemos la práctica, hemos sido capaces de construir una fraternidad de hermanos y hermanas. Hemos sido capaces de crear la energía de la consciencia plena, concentración y visión profunda. Hemos sido capaces de ayudar a muchas personas. Cuando ocurre eso, somos una verdadera sangha. Sabemos que Buda, el verdadero Buda, está en nosotros, y también el verdadero Dharma.
La sangha no precisa ser budista, la sangha puede ser no budista. Porque, de cualquier modo, el budismo está hecho de elementos no budistas.
Cuando me encontré por primera vez con Martin Luther King, en Chicago en 1966, ya hablamos sobre la construcción de sangha. Nos encontramos y tomamos té juntos, y después fuimos a una conferencia de prensa. Y en esa conferencia Martin Luther King se posicionó contra la Guerra de Vietnam. Yo le dije a la prensa que sus actividades por los derechos humanos, por los derechos civiles, encajaban perfectamente con nuestros esfuerzos en Vietnam para acabar con la masacre y traer la paz a nuestra tierra, y que debíamos apoyarnos los unos a los otros. En 1966 Martin Luther King era un hombre joven. Y Thay también. Hace 40 años de eso, y ya entonces hablamos de la amada comunidad. Como saben, ambos pertenecíamos a la "Fellowship of Reconciliation" (Hermandad de la Reconciliación), una organización que trabaja por la paz y la reconciliación. Ambos teníamos responsabilidades en esa organización, y conversábamos algunas veces sobre la amada comunidad. Pensábamos que sin la amada comunidad nada se podía hacer. La amada comunidad es la sangha: sin una sangha no se puede hacer nada. No tenemos dónde refugiarnos. No tenemos apoyo. Una sangha es una fuente de inspiración, una fuente de protección, una fuente de nutrimento. Por lo tanto, cada uno de nosotros, practicantes, debemos contribuir a la construcción de la sangha.
Buda no hubiera podido hacer nada sin una sangha. Por eso, después de su iluminación, inmediatamente procuró construir una sangha. Se fue a Benarés con la esperanza de encontrar a sus cinco compañeros de práctica y construyó una sangha de seis personas en el Parque de los Ciervos. Y la sangha luego creció hasta llegar a noventa personas, y en apenas un año tenía mil doscientos cincuenta miembros. Buda era un excelente constructor de sanghas. Y como nosotros somos su continuación debemos aprender el arte de construcción de sanghas.
Martin Luther King construyó su sangha a su propio modo. Y Thây construye su sangha a su propio modo, pero ambos hacemos lo mismo. Estamos sembrando semillas de paz, no violencia, derechos humanos, comunidades. Lo hemos hecho de varias maneras. Mi encuentro con Martin Luther King, apenas unos meses antes de su asesinato, se produjo en Ginebra. Estábamos allí para participar en una Conferencia de Paz, "Pacem in Terris", "Paz en la Tierra". Él me invitó a subir a su habitación en el undécimo piso para tomar café. Yo me retrasé porque tenía que encontrarme con algunos periodistas. Pero cuando subí, él ya me estaba esperando y mantenía mi desayuno caliente. Conseguí decirle algo: "Martin, ¿sabes? En Vietnam hablamos de ti como de un bodhisattva, eres un verdadero bodhisattva. Lo que tú estás haciendo es el trabajo de bodhisattva". Él se sintió muy emocionado, aunque no dijo nada. Pero estaba muy conmovido. Me siento feliz por haberle dicho eso porque fue la última oportunidad que tuve de encontrarme con él antes de que muriera. Cuando lo mataron yo estaba en New York con gripe, enfermo y desesperado. Pero yo sé que lo que estábamos haciendo era de la misma naturaleza, plantando semillas de fraternidad, paz, no violencia, perdón, etc.
Ahora, mirando hacia atrás en el tiempo, veo que las semillas que plantamos no se perdieron, han comenzado a brotar, a manifestarse. La amada comunidad, la expresión que él utilizó para la construcción de la sangha, está ahí para que la reconozcamos como sangha, aunque no tenga un nombre budista.
Y Barack Obama es un miembro de la sangha. Nosotros hemos producido a Barack Obama. Nuestra sangha ha producido a Barack Obama. Él es un hombre capaz de hablar amablemente y de escuchar profundamente. Él es la esperanza de muchos de nosotros, pero precisa de una sangha fuerte que lo apoye. Porque como político él va a tener que asumir compromisos de vez en cuando, llegar a acuerdos, y en su posición puede perderse. Así que, como miembros de la sangha, tenemos que hacer algo para ayudarlo a continuar firme en su aspiración, en su esperanza, en su determinación. Imaginadlo. Los presidentes de los Estados Unidos están rodeados de muchos asesores, incluidos los de las áreas industrial y militar. Y él es un político. ¿Es la sangha lo suficientemente fuerte, está lo suficientemente presente, como para apoyarlo, para que él siga siendo él mismo y permanezca tal cual es? Es una pregunta que me hago a mí mismo. Nosotros, en los Estados Unidos, tenemos que hacer algo para mostrarle que su sangha está siempre ahí para apoyarlo, aconsejándole que continúe. Y aquí en Europa, en África, en Australia, en Asia, podemos hacer algo para apoyar a Obama, construyendo la sangha y teniendo la sangha para apoyarlo, para que así él continúe siendo nuestra esperanza. Sabemos que su trabajo es muy difícil, y comprendemos que cometa errores. De la misma forma en que Buda necesitó de la sangha para realizar su sueño, Obama también precisa de una sangha fuerte para realizar su sueño, porque su sueño es colectivo. Y debemos ayudar de una forma o de otra.
Cuando Buda se encontró con el rey Prasenajit por última vez, en el norte de Kosala, el Rey le dijo: "Querido Buda, cada vez que veo tu sangha, siento más y más confianza en ti". Es una extraña declaración: "Cada vez que veo tu sangha moviéndose por ahí, crece mi confianza en ti". Porque la sangha es la labor de un buda. Sin una sangha, un buda no puede realizar su sueño. Buda también tiene su sueño, liberar al mundo del sufrimiento. Y nosotros, practicantes, somos bodhisattvas que también tenemos un sueño. Queremos hacer algo para liberar al mundo del sufrimiento, y nos unimos a él en su movimiento, en la carrera de ser budas. Y si queremos tener éxito, también necesitamos una sangha. Aquellos de nosotros que hemos practicado diez años, veinte años, treinta años, sabemos bien que sin una sangha no iremos muy lejos. "Cada vez que veo tu sangha, señor Buda, tengo confianza y fe en ti". Por eso, cada uno de nosotros debe ayudar a Buda, ayudar a la construcción de la sangha, porque la sangha es nuestra esperanza.
El Retiro de 21 días es una oportunidad para percibir la sangha en su forma más visible. Ella está siempre ahí, pero durante el Retiro de 21 días, muchos de nosotros, practicantes desde hace mucho tiempo, nos reconocemos unos a otros, y sabemos que tenemos fe, que tenemos confianza en este camino y en cada uno de nosotros. Sabemos que sin una sangha, no iremos lejos. Por eso, el Retiro de 21 días es una oportunidad de fortalecernos, de consolidar nuestra sangha. Sin una sangha el mundo estaría perdido. Por eso nuestra tarea es preservarla, construirla. Abrir un camino para el mundo, porque en la sangha encontramos a Buda y el Dharma. Buda es la comprensión, la iluminación; el Dharma es el camino a la comprensión y el amor.
Cuando veo la sangha del modo en que se manifiesta en este retiro, me siento muy feliz. No deseo decir nada. Solamente sentarme, sentir que mi sangha está aquí. Por eso, es posible que cada día, antes de la enseñanza del Dharma, te apetezca sentarte en silencio durante un tiempo, para darte cuenta de que todavía nos tenemos unos a otros como sangha. Eso es una gran felicidad. Todavía tenemos esperanza.
Cuando Barack Obama se manifestó, lamenté que Martin Luther King no estuviera aquí para ver el fruto de nuestros esfuerzos. Porque el hecho de que Barack Obama se manifieste como una persona y que la mayoría del pueblo estadounidense lo haya elegido presidente significa que nuestra sangha estaba ahí. Existe suficiente pensamiento correcto para que Obama haya ganado los votos necesarios. Suficiente comprensión correcta y suficiente pensamiento correcto. Y eso es la sangha. Obama no es un individuo: él representa a una sangha. Y por tanto, nuestro trabajo es mantener la sangha cerca de Obama, ofreciéndole nuestro apoyo, nuestra sabiduría, nuestro amor.
Tal vez desees reflexionar sobre esto. Debe de haber un camino. Donde hay voluntad, hay un camino. La presencia de Obama significa la presencia de una sangha cuyos miembros piensan de forma similar. Creen en la práctica del amor, de la no violencia, del habla amorosa, de la escucha profunda, de la fraternidad, de la paz. Y es nuestro deber proteger y preservar a personas como Obama. Debe de haber maneras de apoyar a personas como él. Personas que, en todas las partes, están intentando manifestarse por nosotros, como políticos, artistas, líderes empresariales, profesores, o personas que tienen la capacidad de sanar, etc. Lamento que Martin Luther King no esté vivo para ver los frutos de su acción. Pero, finalmente, he visto que nosotros somos su continuación. Podemos ver a través de sus ojos. Y así, él siempre estará vivo. Está feliz porque sabe que todo lo que ha hecho está dando frutos. Cuando oímos a Obama hablar al pueblo iraní, sabemos que está usando el habla amorosa. Y cuando intentaba hablar al pueblo cubano, sabíamos que estaba usando el habla amorosa. Él lo estaba haciendo por todos nosotros. Así que debemos apoyarlo. Y usando el habla amorosa podemos aliviar mucha ira, mucho sufrimiento. Antes de hacer cualquier cosa, nuestra mera habla puede ayudar a aliviar la rabia, la desesperación del corazón de muchas personas.
Queridos amigos, queridos hermanos y hermanas, están aquí para un Retiro de 21 días. Vamos a disfrutar cada momento de él. Vamos a aprovechar la oportunidad para construir fraternidad. Vamos a practicar como una sangha.
El tema de nuestro retiro es "El camino de Buda". Buda tiene un camino y ese es nuestro camino, porque somos la continuación de Buda. Queremos hacer que el camino de Buda brille de tal manera que todas las personas vean que este es el camino para la humanidad en el siglo XXI. El siglo XXI es una colina, y estamos ascendiendo por la colina de este siglo como una sangha. No subimos como individuos, subimos como una sangha. Llegamos a este punto tras nueve años y llegaremos al 2050, y tengo la certeza de que subiremos la colina de una manera bella, disfrutando de cada paso. Y será hermoso llegar a la cima y mirar hacia abajo. Dependerá de cómo recorramos el siglo. Cada paso debe ser amor, cada paso debe ser perdón, cada paso debe ser transformación y sanación, cada paso debe ser la Tierra Pura, el Reino de Dios.
Esto es lo que queremos hacer. Y gracias a la sangha, esa práctica se vuelve fácil, posible. Debemos hacerlo así durante este Retiro de 21 días. Debemos caminar de tal modo que cada paso traiga paz, traiga felicidad, traiga fraternidad. No queremos caminar de otra manera. Queremos caminar de tal modo que cada paso sea sanador, nutritivo, transformador. Cada vez que nos sentamos, lo hacemos de modo que el mundo pueda beneficiarse de la manera en que nos sentamos: de manera sólida, relajada, calmada, feliz. Nos sentamos como si estuviéramos sobre una flor de loto, no sobre carbón en brasas. Y cuando desayunamos por la mañana, lo hacemos de tal modo que la paz sea posible, que la alegría y la libertad sean posibles, que la vida sea posible, que podamos disfrutar todas las maravillas que hay en nosotros y a nuestro alrededor.
Desayunar por la mañana es una práctica profunda, estamos siempre ahí para nosotros mismos y para la sangha. No te dejas arrastrar por el pasado o por el futuro. Estás realmente ahí solo para tomar tu desayuno. El desayuno está disponible para ti. Y tú estás disponible para el desayuno. Tú estás disponible para la sangha, pues la sangha está ahí, disponible para ti siempre, viviendo el momento presente.
Buda dice que el pasado ya se fue, que el futuro aún no ha llegado. Solo existe un único momento en el que puedes estar realmente vivo, y ese es el momento presente. Por lo tanto, nuestro esfuerzo, nuestra práctica es estar siempre en el momento presente. El momento presente es la puerta para la sanación, para la transformación, para la paz. Cualquier cosa que busquemos, sea nuestra salud, alegría o éxito, la Tierra Pura, la transformación o la felicidad, cualquier cosa, la tenemos que buscar en el momento presente. Porque en ningún otro lugar se pueden encontrar esas cosas, incluido el Reino de Dios, tu emancipación, tu libertad.
Supongamos que estás preocupado por tu salud, estás angustiado por la salud. ¿Te quedas pensando en el pasado, cuando todavía no tenías ese problema? ¿Te quedas pensando en el futuro, donde la situación puede empeorar? Estarás perdiendo mucha energía. Si estás preocupado por tu salud y estás perdiendo mucha energía, sin saber qué hacer, lo mejor que puedes hacer es volver a casa, volver al momento presente. Cuando vuelves a casa, al momento presente, tienes la oportunidad de experimentar una visión profunda sobre lo que hacer o lo que no hacer para no empeorar la situación, para mejorar tu estado. Vuelves a tu hogar, al momento presente, y cuando llegas al momento presente sientes que existe una preocupación en ti, que existe tensión en ti, tensión en tu cuerpo, preocupación en tu mente, y percibes que eso no es bueno para tu salud. Sabemos que muchas dolencias vienen de la acumulación de tensiones en el cuerpo. Muchas de las dolencias vienen de nuestras angustias. Por eso, cuando vuelves a ti mismo tienes la oportunidad de descubrir que existe algo que puedes hacer inmediatamente para comenzar el proceso de sanación, de transformación. Aliviar la tensión, parar la preocupación. Son cosas concretas y se pueden hacer inmediatamente: dejar de acumular tensiones, relajar el cuerpo, dejar de preocuparse.
Y como practicantes sabemos qué hacer para lograrlo. Sabemos cómo respirar conscientemente, permitiendo a nuestra respiración fluir. Sabemos que inspirar puede ser algo agradable, puede ser muy agradable. Podemos practicar el caminar conscientemente. Porque caminar conscientemente puede liberar la tensión en el cuerpo. Y si estamos realmente concentrados en nuestros pasos, plenamente establecidos en el aquí y ahora, sabremos que la primavera está ahí, las maravillas de la vida están ahí, todas presentes para nutrirnos y apoyarnos. Entramos en contacto con esas hermosas cosas y así estaremos avanzando en el camino de la sanación.
Cuando inspiras y permites que tu cuerpo se relaje, siguiendo el ejercicio propuesto por Buda: "Inspirando, soy consciente de la tensión en el cuerpo. Espirando, libero toda tensión en el cuerpo", ya estás haciendo algo para sanarte, no necesitas preocuparte. Cuando te dejas arrastrar por el pasado, no puedes hacer nada por ti mismo. Cuando vives demasiado en el futuro, con tus miedos, tus preocupaciones, tampoco puedes hacer nada. Así que vuelve al momento presente y descubrirás que existen muchas cosas que puedes hacer justo aquí y ahora, para facilitar tu sanación. Sabrás qué comer y qué no comer, pues la comida incide en tu salud, en tu sanación. Puedes tomar una decisión: estoy determinado a no comer más esto o aquello, a no beber más tal bebida, a dejar de fumar,. en bien de tu proceso de sanación.
Así, en el momento presente tenemos una visión profunda y alcanzamos a saber lo que hacer y lo que no hacer. Todos los recursos están disponibles aquí y ahora. Por eso nuestra práctica es siempre volver al hogar del momento presente, donde podemos encontrar todas las maravillas de la vida que tienen el poder de refrescar, nutrir y sanar. En el momento presente sabemos exactamente a dónde no ir, qué amigo nos puede ayudar. Así que el momento presente es la puerta, la única puerta. Si estás buscando la felicidad, vuelve al momento presente. En él podrás descubrir que existen muchas condiciones para ser feliz disponibles para ti. Puedes ser feliz inmediatamente, aquí y ahora.
El problema es si eres capaz de ser feliz. Estás buscando la felicidad, pero tal vez, cuando la felicidad llega, no eres capaz de ser feliz. Ese es un gran problema. Supón que eres un niño y que vas a una pastelería. Ves muchas cosas deliciosas allá dentro, todo tipo de dulces. Quieres ese, quieres aquel, piensas que si tuvieras uno de aquellos dulces, serías feliz. Y tal vez en tu mente de niño esperas que un día no haya nadie y que puedas entrar libremente en una pastelería como esa, y ser libre de comer todo lo que quieras. Y te imaginas que el dueño de la tienda te invita a entrar y te dice: "Querido niño, puedes comer cualquier cosa que quieras. La tienda entera es para ti". Y no sabes cómo reaccionarías. ¡Hay tantas cosas maravillosas, deliciosas, para comer! Yo dudo que seas capaz de disfrutarlo. Con tantas cosas ricas para comer, te sientes confuso, no sabes por dónde empezar. Probablemente querrás probar uno y lo comerás demasiado rápido, y después no podrás comer nada más.
Cuando regresas a tu casa, al momento presente, te sientes así. Existen tantas cosas maravillosas, tantas condiciones disponibles para ser feliz, que te sientes confuso y no sabes qué hacer. De hecho, el momento presente es la Tierra Pura de Buda, o el Reino de Dios. Hay muchas cosas maravillosas disponibles en la vida. Y puedes disfrutar de todo, de todo lo que está en ti y en tu entorno. Las condiciones para ser feliz están ahí, disponibles aquí y ahora. El problema es si tú eres capaz de ser feliz. Inténtalo hoy. Intenta respirar con plena consciencia, caminar con plena consciencia, y permítete estar en contacto con la primavera para ver si puedes lidiar con la belleza, con la felicidad que te da la naturaleza, la vida. Por eso es tan importante aprender a disfrutar de cada paso que das. Un paso dado con plena consciencia, con libertad y relajación, puede traerte la sanación, puede traerte la transformación, puede traerte mucha libertad, mucha alegría. Y estás invitado a dar no solo un paso, sino dos pasos, tres pasos, cuatro pasos, y quedarás completamente abrumado por la felicidad. Por eso, cultivar nuestra capacidad de ser felices es muy importante. De hecho, la felicidad está disponible, las condiciones para ser felices están disponibles, si sabes decir adiós al pasado, si sabes decir adiós al futuro, y volver a casa, al momento presente. Y verás que tienes más condiciones para ser feliz de lo que pensabas. La vida es un regalo inmenso, abundante.
Queridos amigos, cuando estuve en Alemania el mes pasado fui entrevistado por un teólogo cristiano sobre la espiritualidad global, cómo crear una espiritualidad global. Nuestro retiro tiene algo que ver con esto, con la ética global.
El camino del Buda: una contribución budista para una ética global. Debe de haber una relación entre lo espiritual y lo ético. En las enseñanzas de Buda, como sabes, los cinco entrenamientos de plena consciencia representan la ética del budismo. Para los practicantes laicos, los cinco entrenamientos de plena consciencia representan el camino de la moralidad, de la ética del camino budista. Los diez preceptos de los novicios, los doscientos cincuenta preceptos de los monásticos, los catorce preceptos de la Orden del Interser, todos ellos representan la enseñanza budista en lo que se refiere a ética y moralidad. Y el hombre que me entrevistó parecía distinguir entre lo espiritual y lo ético, quería hablar todo el tiempo sobre lo espiritual. Yo le dije que cualquier cosa puede ser espiritual. Cuando tomo mi taza de té con plena conciencia, cuando observo el té con atención plena y comienzo a beber el té con atención plena, el acto de beber té se vuelve un acto espiritual, muy espiritual. Cuando cepillo mis dientes con atención plena, consciente de que es maravilloso tener tiempo para disfrutar de ese acto, consciente de estar vivo, de las maravillas de la vida que me rodea, cepillarse los dientes con plena conciencia, alegría y amor se vuelve un acto espiritual. Y cuando vas al baño, a defecar u orinar, si estás atento y observas las maravillas de la vida, orinar y defecar puede ser muy espiritual. Muchos maestros han dicho que el acto de defecar y orinar es budismo.
De este modo, hay una profunda unión entre lo ético y lo espiritual, y si no consigues ver lo espiritual en lo ético, quizás tu ética esté vacía. Tú haces algo, pero no sabes por qué lo haces, y no te sientes feliz al hacerlo. Supongamos que practicas el quinto entrenamiento, no beber alcohol, no tomar drogas. Pero sufres. Todavía deseas beber alcohol, todavía deseas tomar drogas. Pero estás en una situación en la que tienes que practicar el quinto entrenamiento, con lo cual la ética que estás siguiendo está vacía, pues no ves realmente su valor, no ves que esa ética surgió a partir de la visión profunda, del amor. No ves su dimensión espiritual. Por eso no te gusta practicarlo. Tú sabes que es bueno para tu salud, por eso te abstienes, pero sufres. Es como ser vegetariano. Si tú eres feliz comiendo comida vegetariana, sientes que tienes suerte por poder comer solamente vegetales y no causar más sufrimiento a otros seres vivos, y hay alegría, hay visión profunda, hay compasión y hay espiritualidad en tu acto de comer. Así, comer llega a convertirse en algo muy espiritual. Durante la meditación descubrirás que no existe ninguna barrera entre lo ético y lo espiritual: son lo mismo, son uno.
Tendremos enseñanzas del Dharma sobre estos temas, y tendremos debates sobre el Dharma, para compartir nuestras visiones profundas y nuestras experiencias. Y apoyando este tipo de acciones realizaremos nuestra práctica diaria: comeremos con plena consciencia, escucharemos los pájaros, el sonido de la campana, nos escucharemos unos a otros con atención plena, practicaremos el caminar consciente, el sentarnos de manera consciente, la respiración consciente, el comer conscientemente. Así, con esta plena consciencia y concentración desarrollaremos una energía poderosa de plena consciencia y concentración, que nos ayudará a hacer descubrimientos y unirlos a nuestra visión profunda.
Estamos aquí para ofrecer el camino del Buda al mundo. Mi deseo es que podamos compartir la sabiduría de Buda con el mundo. Y hacerlo no como intelectuales, sino como practicantes. Nuestra visión profunda viene de nuestra práctica, no de lo que aprendemos en los libros. Por eso, practicar juntos el caminar, sentarnos, comer, o cepillarnos los dientes es muy importante. Esta es la base de nuestro éxito. Debemos ofrecer una nueva versión de los cinco entrenamientos de la plena consciencia. Una nueva versión que haga que todos, budistas y no budistas, puedan verlo como un camino para el mundo entero. Durante nuestro retiro de invierno hicimos esto durante tres meses, principalmente con los monjes. Después tuvimos el retiro francófono, y también nos centramos en esta nueva versión de los cinco entrenamientos de la plena consciencia. Y en el Retiro de 21 días haremos lo mismo. La sangha lo hace una vez, dos y ahora de nuevo por tercera vez. Queremos profundizar y necesitamos de todos y todas, de la práctica de todos y de todas, de la visión profunda. Queremos ofrecer al mundo nuestro ideal, nuestra experiencia, nuestra alegría, en forma de un texto sobre la ética global. También queremos revisar los catorce entrenamientos. Tenemos dos versiones. Una versión para budistas, que es muy fácil, solamente con algunos términos técnicos, y una versión para todo el mundo, sin necesidad de ser budista para entenderlos. Esto es para los catorce entrenamientos y para los cinco entrenamientos. Creemos una comunidad de edición dedicada a hacer esto durante el Retiro de 21 días. Por favor, voluntarios, ¡colaboren y ayuden! Tengo fe en la sangha, ¿Ustedes también?
Les deseo a todos un maravilloso y feliz retiro.
Gracias.