Transformar el miedo de nuestra infancia.

by Thich Nhat HanhMay 5, 2021

TRANSFORMAR EL MIEDO DE NUESTRA INFANCIA


Buenos días, querida sangha, hoy es 16 de junio del año 2009 y estamos en New Hamlet, en el retiro de 21 días.

En los Evangelios se cuenta la historia de un granjero que descubrió un tesoro en un trozo de terreno. Al regresar a casa se deshizo del resto de sus tierras, de todo lo que tenía, y solo conservó ese pequeño trozo de terreno que contenía el tesoro. Ese tesoro es el Reino de Dios. Sabemos que debemos buscar el Reino de Dios en el momento presente. Porque solo el momento presente existe: el pasado ya no está aquí y el futuro no está aquí todavía. Así que el lugar en el que debemos buscar el Reino de Dios o la Tierra Pura del Buda, el lugar en el que debes buscar tu felicidad, tu paz, tu bienestar, debería ser el momento presente. Es muy simple, está muy claro, pero si tenemos la tendencia a deslizarnos hacia el pasado o correr hacia el futuro, debemos reconocer esta tendencia, esta energía de hábito, e intentar aprender a liberarnos de esa energía para establecernos realmente en el momento presente.

Buda dijo a un grupo de empresarios liderados por Anathapindika: "Señores, es posible vivir feliz en el momento presente". Buda pudo leer las mentes de aquellos hombres y vio que estaban muy preocupados por el éxito futuro, que muchos de ellos no eran capaces de disfrutar del momento presente. No tenían tiempo para sí mismos, para sus familias. No tenían tiempo para amar, para hacer felices a los que les rodeaban. Corrían hacia el futuro. Así que Buda les dijo directamente que podían vivir felices en el momento presente. La expresión "drsta dharma sukha vihara", "vivir feliz en el momento presente" fue empleada por Buda cinco veces en ese discurso. Ese discurso está en el canon pali y también está en el canon chino. No es muy conocido en los círculos budistas. Aquí, en Plum Village, también practicamos la escuela de la Tierra Pura. Pero nuestra Tierra Pura está en el momento presente. La Tierra Pura existe ahora o nunca. El Reino de Dios es igual. Existe ahora o nunca. No es una mera idea, es una realidad. Si sabes cómo emplear tu respiración y marcha conscientes, regresas al momento presente y tocas las maravillas de la vida en ti y alrededor de ti. Todo ello pertenece al Reino de Dios. Esta hoja de loto, ¿a qué lugar pertenece? Si no pertenece al Reino de Dios, ¿a qué lugar debería pertenecer? Ustedes, amigos míos, cada uno de ustedes pertenece al Reino de Dios, a la Tierra Pura de Buda. Ustedes son una maravilla, como esta flor de loto. Aquellos de nosotros que sabemos regresar a nuestro hogar, regresar al momento presente, experimentamos las maravillas de la vida que están ahí. Están ahí para que disfrutes de ellas. Están ahí para que las explores. El Reino de Dios no es una mera idea, porque la flor del loto es parte de Él. Y tú eres parte de Él. ¿Por qué lo buscas en otro lugar, en el futuro? 

Al principio del retiro hablamos de la panadería, de la tienda de pasteles. Un niño entra en ella y se le ofrece tomar cualquiera de las delicias que encuentre. Y se siente abrumado. Aquellos que sabemos liberarnos y regresar al momento presente estamos en esa misma situación. Todo es maravilloso. Y disfrutas del Reino de Dios aquí y ahora. Si has encontrado el Reino de Dios, ya no buscas la fama, dinero, beneficio, sexo.

En una reunión protestante en Alemania, en Navidad, dije ante una asamblea de unas 5000 personas que la Iglesia debería darnos una enseñanza y una práctica que nos permita entrar en contacto con el Reino de Dios. Después de eso, dejaremos de perseguir riqueza, fama, poder, sexo. Ya no sufriremos porque tendremos el Reino de Dios. El granjero de la historia bíblica lo dejó todo y solo guardó el tesoro. La Iglesia debería mostrarnos esa enseñanza. Los hombres de Iglesia deberían mostrarnos el camino. Los hombres de Iglesia deberían saber cómo experimentar el Reino de Dios. Los hombres de Iglesia deberían ser personas felices si quieren enseñarnos. Y lo mismo es cierto en el budismo. Monjes y monjas deberían ser felices, debería vivir en la Tierra Pura de Buda para ayudarnos a hacer lo mismo. Cuando regresamos al momento presente, vemos que ya hay tantas condiciones para la felicidad, no necesitamos ninguna otra. Ya tienes suficientes condiciones para ser feliz. Uno de ustedes me propuso que hiciera una caligrafía con tres palabras: "Ya tienes bastante". No se dirige solo a los hombres de negocio, sino a todos nosotros. No necesitamos más condiciones. La felicidad es posible aquí y ahora. Así que he escrito unas cuatro o cinco. Samtusta. Eso es en sánscrito. Luego en chino, y también en inglés: You have enough. Significa que ya tienes bastante. No corras más, sé feliz. También he escrito una dentro de un pequeño círculo: "You have enough", tienes bastante. Y sin círculo, en chino e inglés. Y si quieren que la escriba en francés lo haré también.  

La enseñanza de vivir feliz en el momento presente es una enseñanza muy agradable. Puedes ser feliz justo aquí y ahora. La práctica también es muy agradable. Esta mañana, cuando subimos la colina juntos, no hicimos ningún esfuerzo, disfrutamos de cada paso. No buscábamos nada. Si caminando así te liberas del pasado y del futuro, puedes tocar el Reino de Dios, la Tierra Pura de Buda con cada paso. Así que caminas de forma que el Reino de Dios está disponible para ti en cada paso. Ese es el secreto. Algunos de nosotros podemos hacerlo. En cada paso tocamos el Reino. Con cierta conciencia y concentración, haces que el Reino esté disponible a cada instante. La enseñanza es muy simple. La práctica no es muy difícil. Quizá necesitemos el apoyo de una sangha. Cuando lo hacemos con la sangha, es muy fácil, muy natural. 

Para los que hemos sufrido maltrato de niños, esta enseñanza es muy importante. Debemos aprender a regresar siempre al momento presente. Y darnos cuenta de que ahora la situación es segura. El sufrimiento del pasado ya se fue. ¿Por qué volver a experimentar aquello una y otra vez? Quizá necesitemos una sangha que nos ayude a no volver al pasado. Necesitamos un amigo, un hermano en el Dharma, un maestro del Dharma, una hermana en el Dharma que te ayude a no caer en el pasado. Es muy importante. Para los que hemos padecido maltrato es crucial salir del pasado y llegar al momento presente. Aprender a vivir en el Reino de Dios. Has crecido. Ahora puedes defenderte. La situación es segura ahora. Quizá necesitas una sangha que te apoye por un tiempo, antes de que puedas hacerlo solo. Los que hemos sido víctimas de abusos sexuales hemos aprendido otra enseñanza: que el barro y el loto interson. Se puede transformar el lodo en loto. Si no sabemos cuidar el loto, se convertirá en barro. El loto se pudrirá y se convertirá en barro. Como barro y loto interson, no debemos discriminarlos, debemos aceptar a ambos. 

El Sutra del corazón nos enseña que la noción de producción, destrucción, crecimiento, decrecimiento, bueno, malo, impuro, inmaculado, son solo nociones de la mente. Incluso el bien y el mal son nociones de la mente. El mal existe porque existe el bien. El bien existe porque existe el mal. Es como izquierda y derecha. Allí donde existe una derecha, hay una izquierda. Allí donde hay compasión, hay violencia. Como existe la violencia, se da una posibilidad de tener compasión. Guerra y paz. Bien y mal. El Sutra del corazón es la enseñanza suprema. La práctica suprema. 

Todas nuestras nociones sobre la realidad son creaciones de nuestra mente. Solo esa enseñanza y práctica puede ayudarnos a trascender la idea de impureza. Como padecimos abusos sexuales, nos sentimos impuros. No estamos limpios. No somos inmaculados. Pero todo es impermanente. Todo cambia. Y se puede transformar el barro en loto. Si no tienes cuidado, el loto puede volverse barro. Barro y loto interson. El loto es fragante y puro, pero sabemos que el barro está ahí. El barro ha sido transformado. El sufrimiento, la impureza que experimentamos puede ser transformada. La enseñanza de "ni puro, ni inmaculado" es tu única salida para superar esa sensación de ser impuro. Solo con el bodhisattva Avalokiteshvara puedes trascender la sensación de que estás sucio. Porque sabes que en el fondo pureza e impureza son solo nociones mentales. No la realidad absoluta. Esta es una enseñanza maravillosa. Si quedas atrapado en las nociones de impureza absoluta, pureza absoluta, quedas atrapado para siempre y no puedes encontrar salida. Pero si comprendes la enseñanza del interser entre pureza e impureza, puedes salir adelante. Es algo muy claro en la tradición budista. 

Existe una tercera práctica que puede ayudarte si has sufrido abusos sexuales. Es la práctica del "Gran Voto", la gran aspiración. La práctica de Samantabhadra. Has sufrido. Y no quieres que otros sufran, sobre todo los jóvenes, los niños. Deseas transformarte en un bodhisattva, en un activista, un agente de paz y transformación. Te mueve el deseo, la aspiración de ayudar a proteger a los demás, proteger a los jóvenes, a las familias, a los niños, para que no sufran abusos sexuales. Porque hay cosas que puedes hacer para ayudar. Un bodhisattva puede hacer mucho para ayudar a proteger a los niños, a los jóvenes, a las parejas, frente a los abusos sexuales, la mala conducta sexual. Cuando esa energía de aspiración es fuerte en ti, empiezas ya a sanar. 

Deseo repetirlo: la primera práctica útil es vivir feliz en el momento presente. La segunda es la contemplación del interser entre pureza e impureza. Será muy liberadora. La tercera práctica es hacer el gran voto de ayudar a que los niños y cualquier persona no sean víctimas de esto. Cuando posees la energía del gran voto empiezas a sanar, muy rápidamente. Hay una cuarta práctica que es universal. Es el consumo consciente. 

El consumo consciente es el tema del quinto entrenamiento. No consumes nada que añada toxinas a tu cuerpo y a tu mente, que meta veneno en tu cuerpo y tu mente. Los mayores venenos son el ansia, la violencia y la ignorancia, las percepciones erróneas. Cuando lees un artículo, cuando ves una película, consumes. Cuando oyes una conversación, estás consumiendo. La conversación puede ser muy tóxica, llena de ira, de desesperación. Y si escuchas algo así durante una hora, recibes muchas toxinas. Las toxinas que recibes mientras escuchas te paralizarán, hay mucha ira, mucha violencia. Así que la conversación es un objeto de consumo. Cuando lees una revista, cuando ves una película, también consumes. Porque esa película, ese artículo también pueden contener violencia, ansia, desesperación. Y despierta tu peor parte. Si alguien abusa sexualmente de un niño es porque la semilla de ansia ha sido regada en ellos por lo que ven en películas y leen en libros. Así que el consumo consciente es la salida. No deberíamos generar tales objetos, aunque nos hagan ricos. A algunos no les importa, solo quieren ganar más dinero, producen todo lo que pueda venderse. Nos están destruyendo a nosotros, a nuestros hijos. Así que el consumo consciente, la producción consciente, son cruciales. Si eres congresista, senador, legislador, deberías considerar hacer leyes que prohíban la producción de este tipo de objetos. En nombre de la libertad, producen y nos destruyen a nosotros y a nuestros hijos. En nombre de la protección, debemos hacer leyes para prohibirlos. Hacer leyes para prohibir que sigan actuando así.

El segundo entrenamiento habla de robar, de no robar, del deseo de tener más y más. Se necesita la enseñanza de vivir feliz en el momento presente. O el quinto entrenamiento, sobre el consumo consciente. Las prácticas para vivir felizmente en el momento presente deben estar en la base de estos entrenamientos. 

La enseñanza de Buda es muy simple. Algunos la hemos convertido en una enseñanza complicada. Es nuestro deber devolverle su claridad, su sencillez a la enseñanza de Buda. Aprender el Dharma y aplicarlo en nuestra vida, creemos que es bueno. Pero no siempre es bueno. Porque depende de cómo lo hagamos. Necesitamos mucha habilidad, apertura, para aprender y aplicar las enseñanzas. Si somos dogmáticos, de mente estrecha, si no somos hábiles, comprenderemos mal las enseñanzas. Las aplicaremos incorrectamente y sufriremos. Ya en tiempos de Buda, hubo monásticos y laicos que comprendieron mal a Buda. Y no practicaron bien sus enseñanzas. Lo cierto es que debes ser hábil, de mente abierta, para recibir las enseñanzas. Si eres maestro o maestra del Dharma es lo mismo: debes ser muy hábil para presentar el Dharma de forma que la gente lo comprenda de verdad. Si no, quedarán atrapados en lo que dices. 

En el Sutra sobre la mejor forma de atrapar una serpiente, Buda se dirige a un monje llamado Arittha. Antes, Buda había hablado de que es posible vivir feliz en el momento presente. Arittha no lo había comprendido. Dijo: "Bien, ¿por qué tener miedo de disfrutar de los objetos sensoriales? Puedes disfrutar". Así que te permites perseguir tus deseos y disfrutar de todo. Y eso es lo opuesto de lo que Buda quería decir. Y Buda ofreció un ejemplo: "Una persona que conoce el arte de atrapar una serpiente sabrá emplear una horquilla para sujetar la serpiente y la agarrará por el cuello. Es un método seguro. Puede cazar cien, mil serpientes sin ser herida. Pero si no eres hábil y tomas la serpiente por la cola, ella se girará y te morderá. Mi enseñanza es así. Si no tienes cuidado, si malinterpretas mi enseñanza y aplicas eso en tu vida, puedes sufrir". Es un sutra maravilloso. El maestro debe ser hábil. Y quien estudia el Dharma debe ser hábil. De lo contrario, la serpiente lo morderá. 

Buda dice: existe el malestar. Esa es la primera noble verdad. Él abrió la boca y dijo "malestar", esto es, “existe el malestar, y debes aceptar que esto es cierto”. Entonces queremos demostrar que le comprendemos y que lo que dijo es la verdad absoluta, así que intentamos demostrar que todo es malestar. Lo desagradable es malestar, pero lo agradable también es malestar. Eres muy devoto, amas mucho a Buda. Quieres ayudar a demostrar que lo que dice es cierto. Pero distorsionas su enseñanza. Es como cuando señalas el estanque de lotos y dices: "Ahí está el lodo". Y alguien quiere apoyarte y dice: "Sí, solo hay lodo en el estanque". Eso no es verdad. Porque también hay lotos. Eso es justo lo que Buda quiso decir en la tercera noble verdad. La tercera noble verdad es el bienestar. El bienestar existe. Porque el cese del malestar supone la presencia del bienestar. Es matemática, es una ciencia exacta. El cese del malestar supone la presencia del bienestar. 

Buda dijo: "La ausencia de oscuridad es la presencia de la luz". Esta frase se repite varias veces en el sutra. 'Avidya'. Cuando 'avidya', la ignorancia, desaparece, 'vidya', la luz, la comprensión, aparecerá. Hay algo que llega a su fin. Y al mismo tiempo, algo nace. La ausencia de oscuridad supone la presencia de la luz. ¿Verdad? Luego la ausencia del malestar supone la presencia del bienestar. Buda enseñó que el malestar existe, pero esto no significa que solo exista el malestar. Está claro que la tercera noble verdad contempla la posibilidad de que exista el bienestar. Si no, no hubiera dicho que es posible vivir feliz en el momento presente. 

Entonces, hay un camino que lleva al bienestar, que comienza con la visión correcta, la visión profunda. Buda podría haber empezado por la plena conciencia. Porque la plena conciencia lleva a la concentración. 'Smrti' lleva a 'samadhi'. Y ‘samadhi’ lleva a la visión profunda, la visión correcta. Buda, en vez de comenzar por la visión correcta, podría haber empezado por la plena conciencia correcta. La plena conciencia como punto de partida. Con plena conciencia y concentración llegas a la visión correcta, la sabiduría. Y cuando tienes visión correcta, tu pensamiento es correcto. Y tu habla es habla correcta, tu acción será acción correcta, etcétera. Creo que podemos comenzar por cualquiera de las ocho prácticas correctas. Pero Buda eligió la visión correcta. Porque la visión correcta es la ausencia de visiones erróneas. La visión errónea es la base de toda acción errónea, que produce malestar. 

El camino propuesto por Buda, el sendero de Buda se caracteriza por la sabiduría, la visión correcta, el conocimiento. No es regalo de un dios, es obra del ser humano. El despertar es obra del ser humano. Buda es un ser humano, Buda no es un dios. Buda ha generado despertar. Y dijo: "Todos tenemos la semilla del despertar". Esa es su primera observación tras el despertar. Dijo: "Todo el mundo la tiene. ¿Por qué nos dejamos ser arrastrados, vida tras vida, por el sufrimiento? Todo el mundo tiene la semilla del despertar. Esa es la naturaleza búdica. Pero nuestra naturaleza no es algo abstracto. La semilla de la comprensión, la semilla del despertar es innata a todos. Si tienes tiempo de regresar a ti, tocas esa semilla y la haces crecer". Buda vio el camino porque tocó su sabiduría interior. Aquí, en nuestro retiro, no buscamos caminos de otros. Practicamos sentarnos, caminar, escuchar, para tocar nuestra semilla del despertar. Si podemos ofrecer un camino para una ética global, ese camino debe venir de nosotros, no de un dios. Por eso, el camino es un camino noble. El camino noble se sustenta sobre la base de la compresión correcta, la visión correcta. 

El camino para la ética que proponemos es un camino basado en la comprensión correcta, en la visión del interser. La visión del no yo. Por cierto, algunos preguntamos sobre el complejo de igualdad. Vemos que el complejo de superioridad no es bueno, el complejo de inferioridad no es bueno, pero ¿por qué un complejo de igualdad? En psicoterapia, decimos que una baja autoestima es la causa de muchos problemas psicológicos. Así que hay que luchar contra la baja autoestima. Pero una autoestima elevada puede también ser enfermiza. Porque algunos estamos tan orgullosos de nosotros que nos vemos superiores a los demás, hasta el punto de querer eliminar a aquellos que consideramos inferiores. El espíritu nazi. Consideran inferiores a las demás razas. Buscan purificar y matan. Ese es el complejo de superioridad. Es también una enfermedad. Creer que eres inferior es una enfermedad, pero verte como superior también lo es.  

¿Qué pasa con verte como igual a los demás? "¡Soy tan bueno como él!". ¿Qué hay de malo en eso? Lo cierto es que cuando practicas la mirada profunda, ves que no hay un yo. Yo estoy en ti y tú estás en mí. No hay un yo. El hijo está en el padre, y el padre está en el hijo. Lo vemos en la enseñanza de la Trinidad. Se puede ver al Padre en el Hijo. Se puede ver al Hijo en el Padre y en el Espíritu Santo. La enseñanza del interser ya existe ahí. Lo mismo pasa con las Tres Joyas: Buda, Dharma y Sangha, y es cierto para todo. El físico británico David Bohm habló de dos tipos de orden. El orden explicado y el orden implicado. El loto está fuera del barro, el barro está fuera del loto. Pero si miramos con hondura, lo vemos de otra forma. Sabemos que, sin barro, no podemos cultivar lotos. Así que ,al mirar el barro, te llena la esperanza de que crezca algún loto. Al mirar en la flor de loto ves el barro. Padre e hijo, el padre no está fuera del hijo y el hijo no está realmente fuera del padre. Se puede ver al padre dentro del hijo y al hijo dentro del padre. La planta de maíz, aunque no veas el grano de maíz, está dentro de la planta de maíz. Al mirar, puede que la primera impresión sea que las cosas existen unas fuera de otras, pero al mirar hondamente ves que las cosas existen unas dentro de otras. Es lo que David Bohm llamó el orden ‘implicado’. Empezamos a ver y nos damos cuenta de que hay un orden llamado 'explicado'. 

Si miramos más hondo, como practicantes de meditación o como científicos, reconocemos que todas las cosas están unas dentro de otras. Por eso, si yo estoy en ti, si yo soy tú, ¿por qué he de comparar? No hay un yo que comparar. La comparación entre yoes generará sufrimiento. Generará la noción de inferioridad, de superioridad o de igualdad. Pero sin un yo no se necesita comparar, no sufres en absoluto. Esa es la sabiduría de la no discriminación. Yo y no yo, yo y otros. No discriminación, 'nirvikalpajnana', es algo que existe. 

Mi mano derecha posee la sabiduría de la no discriminación. Tiene un nombre, 'mano derecha', también tiene cinco dedos. Mi mano izquierda tiene un nombre, 'mano izquierda', también cinco dedos. De hecho, mi mano derecha puede hacer caligrafías, puede invitar la campana y ella ha escrito todo mis poemas. De hecho, nunca escribo mis poemas en un ordenador, siempre uso un bolígrafo para escribir mis poemas. Salvo una vez en que no tenía un bolígrafo. Así que pedí una máquina de escribir, puse en ella un sobre y tecleé con las dos manos. Solo hay un poema escrito por ambas manos. Todos los demás los ha escrito mi mano derecha. Pero mi mano derecha no tiene ningún complejo de superioridad. Nunca dice: "Querida mano izquierda, no parece que sirvas para nada. Los poemas de Thay, soy yo quien los ha escrito". No tiene esa idea, esa discriminación. Es maravilloso. Por eso, está en paz con mi mano izquierda. Nunca se pelean. Mi mano izquierda tampoco tiene ningún complejo de inferioridad. No sufre en absoluto. Y eso está bien. Un día, intentaba colgar un cuadro. La mano izquierda sostenía el clavo, la derecha el martillo. No lo hice de forma atenta. Y en vez de darle al clavo, le di a un dedo. Es muy doloroso. La mano derecha dejó el martillo y cuidó de la mano izquierda. Y no tuvo que pedir disculpas, porque se considera como la mano izquierda, está cuidando de sí misma. No dice: "Mano izquierda, ¿sabes una cosa? Te estoy cuidando, recuérdalo. "Deberías darme las gracias". No habla así. Porque la mano derecha no se ve como una entidad separada. Sabe que es una con la mano izquierda. Y la mano izquierda no se enfadó. No dijo: "¡Mano derecha! Me has hecho daño. Exijo justicia. ¡Dame ese martillo!”. No, mi mano izquierda no pensó eso. Es evidente que en nuestras dos manos existe la sabiduría de la no discriminación. Por eso viven juntas en armonía. Si padre e hijo, madre e hija pueden ver esto, no volverán a pelearse nunca más. Si hindúes y musulmanes lo supieran, no lucharían entre sí. Si los palestinos e israelíes lo supieran, si tocasen su naturaleza de no discriminación, dejarían de hacerse sufrir. Porque al hacer sufrir a la mano izquierda, la derecha sufre también. Por eso, el complejo de igualdad es también un complejo. Solo es posible cuando aún tienes un yo separado. Pero si tocas la naturaleza del interser, sabes que eres él, eres ella. No se necesita comparación alguna. 

Y se da una interesante confluencia entre la ciencia y la enseñanza de Buda. Si estudias budismo, te ruego que trabajes con los científicos, y si eres científico, quizá quieras trabajar con un estudiante de budismo. Porque pueden ayudarse mutuamente. Este es un periodo de la historia muy interesante, y creo que la enseñanza de Buda puede inspirar a los científicos. Si los científicos pueden superar las nociones de sujeto y objeto, descubrirán grandes cosas. 

En la primera charla que tuvimos en Upper Hamlet, hablamos del Sutra de la respiración consciente. Podemos seguir, porque concuerda muy bien con el óctuple noble sendero. El primer ejercicio de respiración es identificar inspiración y espiración. El segundo ejercicio es seguir en toda su duración la inspiración y la espiración. El tercer ejercicio de respiración consciente es ser consciente de todo el cuerpo. Y el cuarto es soltar la tensión del cuerpo. Y luego pasamos a las sensaciones. El quinto es generar una sensación de alegría. El sexto es generar una sensación de felicidad. El séptimo es ser consciente de una sensación dolorosa. Y el octavo es soltar la tensión, calmar esa sensación dolorosa.  

Con el noveno ejercicio de respiración consciente llegamos al ámbito de las formaciones mentales, y una sensación ya es una formación mental. Así que el noveno es ser consciente de cualquier formación mental. Como la alegría, la pena, la desesperación, la esperanza. Debemos ser conscientes de toda formación mental que surja. Sencillamente reconocerla.

El décimo es alegrar la mente. Estimular nuestra mente, aportar buena energía a la mente, alegrar la mente, las formaciones mentales. Supón que te concentras en el hecho de que has visto la senda de Buda. Conoces el camino de Buda que comienza con la comprensión correcta, la visión correcta. Se puede practicar el habla correcta, la acción correcta, el pensar correcto. Y te alegras mucho de eso. Has visto el camino, ya no tienes miedo. Sabes qué hacer y qué no hacer cuando encaras una situación difícil. Te sientes alegre, confiado. Eso es practicar alegrar la mente. Hay muchas formas de hacerte feliz, alegre. 

El undécimo ejercicio de respiración es practicar concentrar la mente. Y el duodécimo es liberar tus formaciones mentales. Hay una formación llamada desesperación. Sufres y quieres liberarte de esa formación mental de desesperación. Todo es oscuro, quieres suicidarte. Ya no quieres seguir viviendo. O hay una formación mental llamada ira que te está quemando. Te hace sufrir mucho. Así que necesitas practicar, hacer algo para salir de ahí. Ese algo es practicar la concentración. La concentración, samadhi, es muy importante en el budismo. Plena conciencia, concentración y visión profunda. Hay muchas clases de concentración. En el budismo mahayana hay cientos de concentraciones, de objetos de concentración. Pero las comunes a todas las escuelas budistas son las tres puertas de liberación, tres tipos de concentración que existen en todas las tradiciones budistas: vacío, no signo, no propósito. 

Seguiremos mañana con las tres concentraciones.