Gathas para la práctica de la plena consciencia
Gathas para la práctica de la plena consciencia.
Los gathas son pequeños poemas para recitar durante las actividades cotidianas, para ayudarnos a regresar a la plena consciencia. En Plum Village se practican a lo largo de todo el día: al levantarse, al entrar en la sala de meditación, comiendo, al fregar, etc. A medida que tu práctica crece puedes inventar tus propios gathas.
Al despertar
Esta mañana, al despertar, sonrío.
Tengo veinticuatro nuevas horas ante mí.
Prometo vivirlas plenamente
mirando el mundo con los ojos de la compasión.
Al levantarme
Caminar sobre esta tierra es un milagro.
Cada paso que doy en plena consciencia
me revela las maravillas del Dharmakaya[1].
Al poner los pies en el suelo
Si por descuido
piso hoy un pequeño insecto,
que no sufra demasiado y sea liberado.
¡Honor al bodhisattva
de la Tierra de la Gran Felicidad!
Al abrir la ventana
Por la ventana contemplo el Dharmakaya.
¡Qué maravillosa es la vida!
Atento en todo instante
mi mente es clara como una límpida ola.
Al abrir el caño
El agua desciende de la fuente desde lo alto de la montaña.
El agua brota de la fuente desde las profundidades de la tierra.
El agua fluye milagrosamente.
Mi gratitud es infinita.
Al lavarme las manos
El agua corre por mis manos.
Que haga un buen uso de ella
para preservar nuestro hermoso planeta.
Al cepillarme los dientes
Al cepillar mis dientes
prometo embellecer mis palabras.
Con cada palabra justa
una flor nace en el jardín de mi corazón.
Al enjuagarme la boca
Al enjuagarme la boca, mi corazón se purifica.
El universo está perfumado de flores.
Las actividades del cuerpo, de la palabra y de la mente se calman.
Mi mano en la mano de Buda, camino sobre la Tierra Pura[2].
Al ir al servicio
Ni impuro ni puro.
Ni creciente ni decreciente.
Esos conceptos solo existen en nuestra mente.
La realidad del interser es incomparable.
Al ducharme
Ni creado ni destruido.
Ni antes ni después.
Recibo y transmito
el milagro del Dharma.
Al mirarme en el espejo
El espejo de la plena consciencia
refleja los cuatro elementos.
La belleza está en el corazón del que brota el amor.
La belleza está en la mente que sabe ser vasta.
Al lavarme los pies
Paz y felicidad
de un solo dedo de mi pie
paz y felicidad
de todo mi cuerpo.
Al invitar la campana
Cuerpo y mente en perfecta armonía
envío mi corazón con el sonido de esta campana.
Que todos los que la escuchen salgan del olvido
y trasciendan toda ansiedad y dolor.
Al encender la computadora
Al encender la computadora
mi mente toca la consciencia profunda.
Prometo transformar mis energías de hábito
para que el amor y la comprensión puedan crecer.
Al tomar el auto
Sé por qué tomo el auto. Hago uno con él.
Si el auto corre, yo corro.
La felicidad no tiene destino.
Ser feliz aquí y ahora es la felicidad.
Al responder al teléfono
Las palabras recorren miles de kilómetros
para llevar amor y sabiduría.
Que mis palabras puedan favorecer la comprensión y el amor.
Que sean puras como joyas y bellas como flores.
Al encender la luz
La plena consciencia es luz.
El olvido es tinieblas.
La plena consciencia me devuelve a la vida.
La plena consciencia ilumina el mundo.
Al plantar un árbol
Confío en la Tierra
y la Tierra confía en mí.
Confío en Buda
y Buda confía en mí.
Al tirar la basura
En la basura veo la rosa,
en la rosa veo el compost.
Todo se transforma.
La vida es impermanencia.
Al mirar la televisión
La mente es una televisión
con miles de canales.
Elijo un mundo en calma y tranquilo
para que mi felicidad guarde su frescura.
[1] Dharmakaya significa “el cuerpo de la enseñanza”. Es también la esencia del ser que se manifiesta en las montañas, los ríos, las estrellas, la luna y todos los seres.
[2] La Tierra Pura budista equivale al Paraíso en la tradición cristiana.