Gathas para la práctica de la plena consciencia

by Thich Nhat HanhJune 8, 2021

Gathas para la práctica de la plena consciencia.

Los gathas son pequeños poemas para recitar durante las actividades cotidianas, para ayudarnos a regresar a la plena consciencia. En Plum Village se practican a lo largo de todo el día: al levantarse, al entrar en la sala de meditación, comiendo, al fregar, etc. A medida que tu práctica crece puedes inventar tus propios gathas.

Al despertar

Esta mañana, al despertar, sonrío.

Tengo veinticuatro nuevas horas ante mí.

Prometo vivirlas plenamente

mirando el mundo con los ojos de la compasión.

Al levantarme

Caminar sobre esta tierra es un milagro.

Cada paso que doy en plena consciencia

me revela las maravillas del Dharmakaya[1].

Al poner los pies en el suelo

Si por descuido

piso hoy un pequeño insecto,

que no sufra demasiado y sea liberado.

¡Honor al bodhisattva

de la Tierra de la Gran Felicidad!

Al abrir la ventana

Por la ventana contemplo el Dharmakaya.

¡Qué maravillosa es la vida!

Atento en todo instante

mi mente es clara como una límpida ola.

Al abrir el caño

El agua desciende de la fuente desde lo alto de la montaña.

El agua brota de la fuente desde las profundidades de la tierra.

El agua fluye milagrosamente.

Mi gratitud es infinita.

Al lavarme las manos

El agua corre por mis manos.

Que haga un buen uso de ella

para preservar nuestro hermoso planeta.

Al cepillarme los dientes

Al cepillar mis dientes

prometo embellecer mis palabras.

Con cada palabra justa

una flor nace en el jardín de mi corazón.

Al enjuagarme la boca

Al enjuagarme la boca, mi corazón se purifica.

El universo está perfumado de flores.

Las actividades del cuerpo, de la palabra y de la mente se calman.

Mi mano en la mano de Buda, camino sobre la Tierra Pura[2].

Al ir al servicio

Ni impuro ni puro.

Ni creciente ni decreciente.

Esos conceptos solo existen en nuestra mente.

La realidad del interser es incomparable.

Al ducharme

Ni creado ni destruido.

Ni antes ni después.

Recibo y transmito

el milagro del Dharma.

Al mirarme en el espejo

El espejo de la plena consciencia

refleja los cuatro elementos.

La belleza está en el corazón del que brota el amor.

La belleza está en la mente que sabe ser vasta.

Al lavarme los pies

Paz y felicidad

de un solo dedo de mi pie

paz y felicidad

de todo mi cuerpo.

Al invitar la campana

Cuerpo y mente en perfecta armonía

envío mi corazón con el sonido de esta campana.

Que todos los que la escuchen salgan del olvido

y trasciendan toda ansiedad y dolor.

Al encender la computadora

Al encender la computadora

mi mente toca la consciencia profunda.

Prometo transformar mis energías de hábito

para que el amor y la comprensión puedan crecer.

Al tomar el auto

Sé por qué tomo el auto. Hago uno con él.

Si el auto corre, yo corro.

La felicidad no tiene destino.

Ser feliz aquí y ahora es la felicidad.

Al responder al teléfono

Las palabras recorren miles de kilómetros

para llevar amor y sabiduría.

Que mis palabras puedan favorecer la comprensión y el amor.

Que sean puras como joyas y bellas como flores.

Al encender la luz

La plena consciencia es luz.

El olvido es tinieblas.

La plena consciencia me devuelve a la vida.

La plena consciencia ilumina el mundo.

Al plantar un árbol

Confío en la Tierra

y la Tierra confía en mí.

Confío en Buda

y Buda confía en mí.

Al tirar la basura

En la basura veo la rosa,

en la rosa veo el compost.

Todo se transforma.

La vida es impermanencia.

Al mirar la televisión

La mente es una televisión

con miles de canales.

Elijo un mundo en calma y tranquilo

para que mi felicidad guarde su frescura.

[1]   Dharmakaya significa “el cuerpo de la enseñanza”. Es también la esencia del ser que se manifiesta en las montañas, los ríos, las estrellas, la luna y todos los seres.

[2]   La Tierra Pura budista equivale al Paraíso en la tradición cristiana.